Solo necesito silencio
Muy buenas, mis valientes guerreros. En días como hoy, cuando tengo la cabeza saturada, me cuesta mucho escribir y de eso es de lo que quiero hablaros hoy.
Saturada de estímulos
Mi cabeza no tiene descanso ni me da tregua. Los estímulos están por todas partes: el ruido de fondo de un vídeo que no estoy viendo, el ir y venir de los vehículos en la calle, los gatos jugando por la casa, las notificaciones del móvil que no tienen para mí nada urgente, pero que, con todo, me distraen, el sonido de alerta de nuevo correo o de un mensaje en Teams… Todo es ruido, estímulos, información que mi cabeza es incapaz de procesar a la vez. Al ruido externo se le suma el ruido interno: un diálogo interno que no cesa, que tiene palabras para todo, que intenta llamar mi atención también, aunque los estímulos externos no se lo ponen nada fácil. Y, al final, lo único que queda es el ruido. Solamente ruido.
Las palabras se agotan, se me escapan entre los dedos. No puedo escribir. Apenas salen de mí algunas frases sueltas, inconexas. Estoy demasiado cansada de tanto estímulo. Necesito silencio, pero el mundo solo me da ruido. Mi creatividad se apaga, como cuando se sopla una vela, y me quedo a oscuras con el ruido. Al final, lo único que queda es el ruido. Solamente el ruido.
Intento despejar mi mente, apagar todas esas señales que luchan por mi atención. Apenas consigo concentrarme unos breves instantes cuando el ruido me asalta de nuevo. Necesito calma. Necesito tranquilidad. Necesito silencio. Pero todo a mi alrededor grita, trata de llamar mi atención, me distrae de mi tarea. Y, al final, lo único que queda es el ruido. Solamente el ruido.
Buscando el silencio
Cada vez estoy más convencida de que tenemos tres bienes inestimables a los que no les prestamos la suficiente atención: el tiempo, nuestra atención y el silencio. Perdemos demasiado el tiempo. Es cierto que hay tiempo para todo, pero hace falta saber invertir bien ese tiempo para hacer todo lo que se quiere hacer. Nuestra atención está secuestrada por este mundo digital en el que vivimos rodeados de estímulos constantemente. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste la tarde lejos de una pantalla? ¿Cuándo ha sido la última vez que has contemplado una puesta de sol, un amanecer, un bonito paisaje sin hacerle una foto para compartirla en redes sociales? Nuestra atención ya no nos pertenece. Y luego está el silencio.
El silencio es ese preciado bien que nadie valora y que muchos alborotan. Es la calma, la paz, la quietud en medio de una tormenta. El silencio es eso que queda cuando no hay nada más, cuando estamos a solas con nosotros mismos. Y es cierto que no existe el silencio absoluto, pero sí existe un punto en el que no todos los estímulos compiten por nuestra atención. Ese silencio de una noche de verano, en la que apenas se oye a los grillos, las hojas agitadas por una leve brisa, el crujir de las cosas por la baja de las temperaturas. Ese silencio en el que no hay música, no hay voces, no hay nada más que naturaleza. Un silencio agradable y placentero, en el que crear es una opción, una elección, y no una imposición. Ese silencio está cada vez más cautivo, al igual que lo está nuestra atención. Cada día es más difícil de encontrar, pero más necesario que nunca.
Las pocas veces que alcanzo a encontrar ese silencio, cuando todo lo demás se atenúa y me deja disfrutar de él, las palabras vuelven a brotar como si salieran de una fuente o de un manantial. Mi creatividad, otrora acallada, vuelve a susurrarme ideas e historias. Ese silencio me llena de vida, me hace ser quien soy porque me permite expresar lo que tengo dentro de mí. Al silenciar el ruido de fuera y bajar el volumen de los pensamientos, puedo analizar lo que hay de provecho en todo esto. Y ahí es donde surge la magia, donde la creatividad florece y las ideas germinan. Ese silencio es mi más preciado bien.
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.
La vida está en los pequeños momentos
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