Chica haciendo yoga al atardecer
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Cómo mantenernos enfocados cuando las cosas no van bien

Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy vamos a tratar un tema que me parece muy interesante porque todos somos muy capaces de mantenernos enfocados cuando las cosas van bien, pero, ¿qué ocurre cuando algo no sale como teníamos previsto? ¡Empezamos!

La dificultad para mantener el foco en condiciones adversas

No sé si os ha pasado alguna vez que lleváis muy buena racha y, poco a poco, las cosas empiezan a torcerse. Al principio no nos damos cuenta o le quitamos importancia, pero esos son los primeros estadios del caos. No quiero decir que tengáis que poneros paranoicos y penséis que todo son señales de que se van a descontrolar las cosas. Tranquilidad. Pero si algo se repite, suele seguir un patrón, lo cual nos hará más fácil ver si estamos al borde del caos o es un evento sin importancia.

Una vez vemos venir ese caos, ese descontrol, seguir enfocado es un poco difícil. Muchas veces es nuestra propia mente la que nos sabotea, aunque no nos demos cuenta. Empiezan a aparecer las excusas, la pereza, la procrastinación, la falta de ganas y de motivación. Todo nos cuesta un mundo y empezamos a perder los buenos hábitos que habíamos adquirido durante nuestra buena racha. Vuelven los horarios descontrolados, el estrés, la ansiedad, el insomnio o la hipersomnia. ¿Cómo seguir enfocados en una tesitura así?

Disciplina, la herramienta clave

Sabéis que me gusta mucho hablar sobre la disciplina, como en este artículo de aquí o este otro. Para mí, es una de las herramientas fundamentales para conseguir mantener unos hábitos aunque los resultados no sean los esperados o las condiciones no sean las idóneas. La disciplina es hacer lo que tienes que hacer, aunque no tenga ganas, aunque no estés de humor. Me encanta la frase de Marcos Vázquez, de Fitness Revolucionario, que dice “Si no tienes ganas de entrenar, entrena sin ganas”. Si solo hacemos las cosas cuando tenemos ganas, no llegaremos a ninguna parte.

Las ganas y la motivación son bastante relativas y no podemos fiarnos de ellas. La disciplina, por el contrario, es algo en lo que sí podemos confiar, dado que es justo por eso, por su fiabilidad, por lo que podemos poner toda nuestra confianza en ella. Pero cultivar una buena disciplina requiere de tiempo y de incomodidad y a veces, en esta sociedad en la que todo lo tenemos a golpe de clic, desarrollar esta capacidad es algo difícil, ¡pero no imposible!

La variable esfuerzo-resultado: el problema de unas expectativas muy altas

Es posible que alguna vez os hayáis embarcado en un proyecto con muchas ganas e ilusión, que hayáis sacado fuerzas de flaqueza para continuar cuando las cosas se ponían feas y habéis conseguido llegar a buen puerto, pero no era el puerto que vosotros estabais esperando. A esto lo llamo la variable esfuerzo-resultado. ¿Qué quiere decir? Que con un cierto esfuerzo, dadas nuestras altas expectativas, llegamos a un resultado que no es todo lo bueno que queríamos y nos decepcionamos. Si habéis intentado bajar de peso, es posible que entendáis muy bien esta frustración.

Cuando el sacrificio y el esfuerzo son mayores que la recompensa (resultado) debido a unas expectativas irreales, es muy fácil perder la motivación y abandonar el proyecto que hemos empezado. Hacer frente a estas expectativas es algo complicado, dado que solemos ser demasiado optimistas. ¿Eso quiere decir que no debemos ponernos objetivos? Claro que sí, debemos hacerlo, pero teniendo en cuenta que han de ser realistas y si pensamos perder 10kg en dos meses, bueno, quizás necesitemos algo más de tiempo. Si queremos correr una maratón, deberemos entrenar mucho, no solo lo que pensemos que es correcto. Hacer un buen plan es básico para poder combatir esas expectativas.

Y si nada funciona, tómate un descanso…

La fatiga, tanto mental como física, puede ser la que esté detrás de nuestro caos. El esfuerzo acumulado también nos pesa y debemos dejarnos algo de libertad de vez en cuando para poder apreciar mejor esos momentos de incomodidad voluntaria. Relájate, dedícate tiempo, cuídate y aprovecha para aliviar el estrés de tu mente y tu cuerpo. Todos necesitamos un descanso de vez en cuando.

… o haz un reinicio

Cuando nada de esto funciona, no hay nada como hacer un reinicio. Recarga las pilas y traza un nuevo plan teniendo en cuenta lo que ha salido bien y mal en la anterior ocasión. Aprende de tus errores y mantén tus aciertos. Busca una motivación intrínseca para comenzar e implementa hábitos que te ayuden a ser más disciplinado. Cuando llegue el caos de nuevo, ya estarás prevenido y no te dejarás llevar.

Y vosotros, guerreros, ¿cómo hacéis frente a los malos momentos? ¿Soléis hacer descansos y reinicio? Dejádmelo en los comentarios.

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¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.

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